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Carlos Cruz Rincón

La problemática universitaria contemporánea en América latina

Al hablar hoy en día de las universidades latinoamericanas se puede notar que las problemáticas contemporáneas no son las mismas que las contempladas durante los procesos reformistas de comienzos y mediados del siglo XX
A lo largo del presente trabajo haremos foco en 3 problemáticas actuales de las universidades latinoamericanas, tales como el determinar  la calidad educativa, la recuperación de la ética universitaria, y la integración y articulación regional de dichas casas de alto estudio, con motivo de esclarecer sus causales y las consecuencias que acarrean para la sociedad.
Para tal fin serán consulados los artículos periodísticos de Ernesto Villanueva, y Javier Lorca, para los diarios Clarín y Página 12 respectivamente, y una entrevista por parte de este ultimo al especialista en educación superior Claudio Rama.
Ernesto Villanueva, en su artículo “Cómo asegurar la calidad de las universidades” establece a mediados de la década de los 80, tanto en Europa como en América latina, el surgimiento de un nuevo paradigma en torno a la necesidad de desarrollar mecanismos específicos de evaluación y acreditación  de los sistemas de educación universitaria, dado que estas instituciones, influenciadas por las fuerzas del mercado y su propia lógica interna, no siempre optan por enarbolar a la calidad como valor máximo.
Dicho paradigma se ramifico en varios parámetros a evaluar: qué significa la calidad en la educación universitaria, qué se debe evaluar (instituciones, carrera, programas), que organismos(s) debe(n) asumir las funciones evaluadoras, cómo debe(n) estar compuesto(s) dicho(s) organismo(s), que debe tenerse en cuenta, (resultados, procesos, insumos), etc.
Hoy por hoy se entiende que evaluación y acreditación alrededor del mundo presentan muchas diferencias entre sí, dado que además de presentarse debates en cuanto a lo técnico, se debió discutir en torno a la legalidad y legitimidad de los sistemas y organismos evaluadores y acreditadores.
Para resolver dichos conflictos en  los Estados Unidos surgen a principios del siglo XX agencias acreditadoras, por iniciativa propia de las universidades y colegios, donde la legitimidad de los sistemas de evaluación y acreditación fue construida por las mismas instituciones, de manera descentralizada y autónoma. En contraste, en la Argentina la organización de sistemas de evaluación y acreditación nació desde el seno mismo del Estado, en la década de los 90, cuando mediante la Ley de Educación Superior se formalizaron la existencia del Consejo de Universidades y la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU).
A diferencia de los Estados unidos, donde los marcos legales federales y estaduales fueron posteriores a su existencia, y su legitimidad y legalidad se construyeron desde la comunidad universitaria, aceptándose en la sociedad civil, para finalmente derivar en el Estado; en la Argentina dicha legalidad precedió a la legitimidad, construyéndose desde el Parlamento hacia la comunidad universitaria, teniendo poca presencia la población civil, lo que derivo en la antipatía de muchos actores universitarios, quienes sostenían que acreditación y autonomía eran incompatibles y que se intentaba establecer un ranking para avalar el cierre de algunas instituciones, arancelar otras o fijar cupos de ingreso irracionales.
Dado el contexto, la construcción de una legitimidad para la evaluación y acreditación dependió del tiempo y los hechos, tales como las fuertes exigencias impuestas para autorizar nuevas instituciones, frente a su proliferación a principios de los 90; o la acreditación de los posgrados, lo que garantizó pisos mínimos de calidad, por lo que lejos de ser avasallada, la autonomía universitaria se afianzo en un marco de búsqueda de la calidad.
De esta forma, tanto el caso argentino como el norteamericano expresan la confluencia de distintos caminos en un punto: la construcción de sistemas de acreditaciones legales y legítimos. En los Estados Unidos el debate sigue vigente entre el Estado, las acreditadoras y la sociedad civil en torno al la relación que debe establecerse entre sí. En Argentina aunque la acreditación y la evaluación se han instalado en el seno de las instituciones, prosigue la discusión respecto a cómo y hasta dónde debe actuar el Estado en estos temas.

La problemática universitaria contemporánea en América latina
Al hablar hoy en día de las universidades latinoamericanas se puede notar que las problemáticas contemporáneas no son las mismas que las contempladas durante los procesos reformistas de comienzos y mediados del siglo XXA lo largo del presente trabajo haremos foco en 3 problemáticas actuales de las universidades latinoamericanas, tales como el determinar  la calidad educativa, la recuperación de la ética universitaria, y la integración y articulación regional de dichas casas de alto estudio, con motivo de esclarecer sus causales y las consecuencias que acarrean para la sociedad. Para tal fin serán consulados los artículos periodísticos de Ernesto Villanueva, y Javier Lorca, para los diarios Clarín y Página 12 respectivamente, y una entrevista por parte de este ultimo al especialista en educación superior Claudio Rama. Ernesto Villanueva, en su artículo “Cómo asegurar la calidad de las universidades” establece a mediados de la década de los 80, tanto en Europa como en América latina, el surgimiento de un nuevo paradigma en torno a la necesidad de desarrollar mecanismos específicos de evaluación y acreditación  de los sistemas de educación universitaria, dado que estas instituciones, influenciadas por las fuerzas del mercado y su propia lógica interna, no siempre optan por enarbolar a la calidad como valor máximo.Dicho paradigma se ramifico en varios parámetros a evaluar: qué significa la calidad en la educación universitaria, qué se debe evaluar (instituciones, carrera, programas), que organismos(s) debe(n) asumir las funciones evaluadoras, cómo debe(n) estar compuesto(s) dicho(s) organismo(s), que debe tenerse en cuenta, (resultados, procesos, insumos), etc.Hoy por hoy se entiende que evaluación y acreditación alrededor del mundo presentan muchas diferencias entre sí, dado que además de presentarse debates en cuanto a lo técnico, se debió discutir en torno a la legalidad y legitimidad de los sistemas y organismos evaluadores y acreditadores. Para resolver dichos conflictos en  los Estados Unidos surgen a principios del siglo XX agencias acreditadoras, por iniciativa propia de las universidades y colegios, donde la legitimidad de los sistemas de evaluación y acreditación fue construida por las mismas instituciones, de manera descentralizada y autónoma. En contraste, en la Argentina la organización de sistemas de evaluación y acreditación nació desde el seno mismo del Estado, en la década de los 90, cuando mediante la Ley de Educación Superior se formalizaron la existencia del Consejo de Universidades y la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU).  A diferencia de los Estados unidos, donde los marcos legales federales y estaduales fueron posteriores a su existencia, y su legitimidad y legalidad se construyeron desde la comunidad universitaria, aceptándose en la sociedad civil, para finalmente derivar en el Estado; en la Argentina dicha legalidad precedió a la legitimidad, construyéndose desde el Parlamento hacia la comunidad universitaria, teniendo poca presencia la población civil, lo que derivo en la antipatía de muchos actores universitarios, quienes sostenían que acreditación y autonomía eran incompatibles y que se intentaba establecer un ranking para avalar el cierre de algunas instituciones, arancelar otras o fijar cupos de ingreso irracionales.Dado el contexto, la construcción de una legitimidad para la evaluación y acreditación dependió del tiempo y los hechos, tales como las fuertes exigencias impuestas para autorizar nuevas instituciones, frente a su proliferación a principios de los 90; o la acreditación de los posgrados, lo que garantizó pisos mínimos de calidad, por lo que lejos de ser avasallada, la autonomía universitaria se afianzo en un marco de búsqueda de la calidad.De esta forma, tanto el caso argentino como el norteamericano expresan la confluencia de distintos caminos en un punto: la construcción de sistemas de acreditaciones legales y legítimos. En los Estados Unidos el debate sigue vigente entre el Estado, las acreditadoras y la sociedad civil en torno al la relación que debe establecerse entre sí. En Argentina aunque la acreditación y la evaluación se han instalado en el seno de las instituciones, prosigue la discusión respecto a cómo y hasta dónde debe actuar el Estado en estos temas.

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