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No es barato ser usuario de tecnología. Y eso no tiene precisamente que ver con la capacidad de pago. Pienso que el asunto es un poco más profundo.

En la escuela hemos aprendido que los sistemas (informáticos, mecánicos, sociales, o del tipo que sean) pueden verse como sistemas de caja negra o de caja blanca. Un sistema de caja negra es aquel que tiene un comportamiento muy bien definido y cuyo funcionamiento interno es completamente desconocido. En cambio un sistema de caja blanca no sólo tiene bien definido su comportamiento, sino que además se conoce por qué trabaja como lo hace. Coloquialmente no hay secretos en su funcionamiento.

Los sistemas de caja negra son especialmente útiles porque nos ayudan a mirar un módulo como un ente completo que se comporta de manera específica y que podemos conectar con otros sistemas (que también pueden ser de caja negra). Diseñar de esta manera es más sencillo porque vemos el aspecto general sin preocuparnos por detalles irrelevantes.

De hecho, como usuarios de tecnología la mayor parte del tiempo nos comportamos ante los sistemas como si estos fueran entes de caja negra. Para poder mirar televisiónNo necesito saber como es una portadora, o que es ancho de banda, o como se modula una señal. Simplemente le ordeno encenderse y sintonizar un determinado canal ( que por cierto, ni siquiera necesito detenerme a pensar por qué se llama canal y no estación o algún otro nombre). Tampoco necesito saber si la señal es analógica o digital (conozco quien ni siquiera percibe la diferencia entre una señal y otra).

Es muy conveniente no tener que ajustar la frecuencia intermedia de mi aparato de radio y mejor aún que éste sea heterodino y que yo no tenga que saber que lo es. Simplemente lo enciendo y de forma mágica escucho la radio y hasta puedo ver que canción esta sonando si la emisora envía señal RDS.

No le puedo pedir al mundo que tenga la misma pasión que yo para comprender como es que un aparato hace lo que hace. Lo que no me cabe en la cabeza es que una caja negra se convierta en caja tenebrosa. Me explico.

Imaginemos una videocámara, o una videocasetera si les parece mejor. Una gran cantidad de personas utilizan dicho aparato como si tuviese sólo tres botones: encender/apagar, reproducir y grabar. Una gran cantidad de propietarios no saben que su equipo tienen diferentes calidades de grabación. La videocámara casi con seguridad también puede controlar el grado de apertura del lente, añadir efectos en las transiciones, poner la fecha, o pasar al modo nocturno. Muchísima gente no sabía programar su videcasetera para que le grabara un programa. Es más todo eso sigue siendo cierto para las cámaras fotográficas en donde rara vez se usa de manera conciente la velocidad del obturador, el grado ISO de la “película”, el modo de ojos rojos o el flash manual.

Pensemos en una escena con mucho sol. Digamos bajo una palapa en la playa. Entonces tomo mi cámara digital y decido capturar el momento de mi hija bajo la palapa. Si dejo el modo automático, es posible que la cámara decida ponerse en modo de playa y dispara sin flash. Lo que hace que el rostro salga muy obscuro. En general es necesario indicarle a la cámara que deseamos tomar la foto con el flash para que esta salga bien equilibrada.

Las televisiones modernas son un dechado de monerías. Lo mismo que los microondas, los celulares o el reproductor de películas, mejor conocido como Teatro en casa. Compramos muchas funciones integradas en cada uno de esos aparatos. Funciones que no se usan, o que no sabemos siquiera que están allí. El fabuloso teléfono de diez mil pesos no es útil si lo uso sólo como teléfono; un pequeño contrasentido ya que por definición es un teléfono.

¿Cuantos hemos utilizado el close caption o la función SAP del televisor? Jugado con las calidades de video de la videocámara, la velocidad del obturador de la cámara fotográfica, utilizado una potencia diferente del 100% en el microondas, y un largo etcétera que hemos comprado en los aparatos.

Muchos no lo hacen por miedo a descomponer el equipo que tan caro ha costado. Otros por desconocimiento completo de los términos, y la gran mayoría por la inveterada costumbre de no leer los manuales.

Estamos pagando por tecnología que no usamos. Y que no comprendemos.