Definir la calidad representa en si mismo un reto, definir la calidad de vida es además, un terreno senagoso y abstracto. Se puede definir la calidad de los productos siguiendo dos caminos; el primero buscando la satisfacción del cliente o usuario del producto, el segundo tratando de disminuir o evitar las deficiencias o fallas de los productos.
Cada uno de estos caminos persigue el aumento de la calidad; sin embargo el primero tiene un sesgo hacia el usuario y el uso que éste hace del producto, mientras que el segundo enfoque está apuntado hacia aspectos productivos y de manufactura.
El primer enfoque de la calidad basado en la satisfacción del cliente o usuario, tiene entre sus términos y conceptos:
• Fabricar productos vendibles
• Ser competitivos
• Incrementar la cuota de mercado
• Proporcionar ingresos por ventas entre otros.
Pero sin ser una definición de aceptación universal, concebir la calidad como un cociente, como una relación entre las características, se define y entiende a la calidad como la razón de la satisfacción obtenida entre la satisfacción deseada.
Si esta relación está desequilibrada en alguno de los términos, la percepción de calidad se ve desfazada, tanto a la alza como a la baja. El discurso de la calidad es totalizante, abarca las más diversas facetas de la actividad humana. El diseño y desarrollo de productos lo es también, en el sentido de conformar la cultura material y de usos y servicios de la sociedad. Es por esto que ambos discursos, ambos tipos de pensamiento, establecen una relación valiosa para lograr un objetivo; esta relación se basa en que el desarrollo de nuevos productos, incremente la calidad de vida de las personas.
La adquisición y uso de productos forman parte de la construcción de la identidad social y por ello es necesario aprender mucho más acerca de esto.
Cuando se entiende el diseño como arte, se propicia que se le atribuya características alto subjetivizantes y poco funcionales; estéticas, pero poco prácticas.
Hoy en día es claro cuando se habla de características que exceden las expectativas del cliente, sin embargo, es más un efecto momentáneo o novedoso debido a que las expectativas, una vez superadas, cambian creciendo y estableciendo nuevas cotas de satisfacción a alcanzar. Basado en el análisis funcional que plantea Robert Tassinari se tiene que los productos deben de cumplir cuatro funciones:
1. Función principal, lo que hace el producto.
2. Función complementaria, lo que además puede tener o hacer el producto.
3. Función técnica, lo que hace que funcione el producto.
4. Función restrictiva, lo que se debe cuidar en la elaboración y funcionamiento del producto.
La calidad de vida es un concepto cambiante pero que depende de las cualidades y características de los productos que el cliente o usuario utiliza, de cómo se relaciona con el mundo. Las cualidades y características de los productos son desarrolladas por el diseño pero solo contribuirán al aumento de calidad de vida en la medida en que comprendan las necesidades de los usuarios y propongan soluciones innovadoras. La estética con la cual se identifique al producto vendrá como función de la solución propuesta.
En el mundo actual, es fácil encontrar diseños que mas que preocuparse por la calidad de vida, se enfocan en ser novedosos, pero esto los hace débiles al paso del tiempo o al uso y exigencias del mercado. Debemos preocuparnos por ser innovadores, que de entrada ya implica ser funcional, en el desarrollo de productos y no ocuparnos en solo ser estéticos. Solo así añadiremos valor a nuestros productos, cosa que de lograrse, nos posicionará a nivel global como lo han hecho otros países.
Tags: Pensamiento de diseño y desarrollo de nuevos productos
Es muy importante este tema colega abarca demasiados puntos la calidad y es el principal factor que se debe establecer para continuar con un proyecto que cumpla satisfactoriamente con lo planteado, Muy bueno el blog, saludos 😀
Interesante el artículo Adolfo. El diseño estético de los productos siempre debe ser novedoso para tener éxito comercial. Lo novedoso, “siempre se hace débil al paso del tiempo” por lo que no se está inventando el hilo negro, es decir, para poder vender un producto, debemos enfocarnos siempre en que su diseño sea siempre novedoso independientemente de la “calidad de vida” que le otorgue al usuario. No es que actualmente se enfoque más en el diseño estético que en la funcionalidad, sino que poco importa a fin de cuentas la funcionalidad. Estamos inmersos en una sociedad de consumo, donde lo que prevalece es la invención o creación de nuevas “necesidades” que eleven nuestra “calidad de vida” pero como requisito indispensable estas creaciones y las mismas necesidades deben ser efímeras para que sean sustituidas por nuevas necesidades y se genere un flujo económico. Un ejemplo muy claro es el de los teléfonos celulares, que “satisfacen” por mucho las necesidades del usuario (si es un teléfono, lo único que deberían de satisfacer es hacer llamadas y comunicarse). Pudiendo durar físicamente y funcionalmente 5 años o más, se crean modelos con nuevas “funcionalidades” que se hacen nuevas necesidades y se desechan productos útiles que siguen satisfaciendo la necesidad primordial de comunicación del usuario. Y así hay cientos de ejemplos. La verdadera pregunta es ¿hasta dónde llegaremos si seguimos en este tren de consumo? y ¿qué podemos hacer para que se transforme y reinvente el modelo económico actual en beneficio de la mayor parte de la población? Saludos!